LA BIO BAKERY
La idea comenzó hace 8 años cuando en medio de una conversación comente que quería tener una panadería que sanara, que nutriera a las personas y sobre todo que fuera deliciosa. Y logre obtener una gran motivación para emprender y estudiar inteligencia financiera y nos embarcamos en toda esta larga y bella historia de emprender y conocer a profundidad la consciencia alimenticia y todo el impacto de la industria alimenticia en la salud del ser humano y ahí entendimos la necesidad de hacer alimentos vivos que se conecten con la naturaleza humana y la tierra.
Esa conexión con la tierra a través del alimento lo descubrí con la masa madre y todo lo fermentado esencial para salud del intestino y las enzimas digestivas que hacen esa maravillosa magia al dejar fermentar la masa y como recuperar esta manera milenaria o ancestral de preparar el pan que era un alimento sagrado. Todo esto lo descubrí en Barcelona cuando tuve el privilegio de ir a estudiar dos meses en la Escuela del Gremio de panaderos de Barcelona donde hice el curso intensivo de Panadería Artesanal con Tony Valls creo que el mejor profesor y maestro de panadería del mundo que pudiera tener, un ser muy especial y un amplio amor por compartir todos sus conocimientos y el acompañamiento de él y de mi esposo clave fundamental en esta la mejor aventura de mi vida.
Y así se motivo La Bio Bakery queriendo crear todo lo bueno y saludable para las personas y consciencia de conservación de la vida y la naturaleza, con el reto constante de tener los mejores proveedores de materia prima del Ecuador sin aditivos industriales y con super foods , harina ecológicas, producidas localmente y apoyando la agricultura limpia, elaborando todos los panes sin nada que provenga de animal siendo 100 % veganos y sin azúcares ni sales refinadas.
Comencé hace dos años en la cocina de mi casa con un horno normal a gas y amasando a mano y dando degustación a todos mis amigos, personas que Iván a la casa y a todo el que hablaba le daba pan. Hasta que desarrollamos el modelo de negocio y organizamos los números y comenzamos hacer el proyecto que mi esposo y yo lo financiamos con los trabajos que teníamos como profesores de yoga y coaches de vida, más el negocio de purificadores de agua que aún lo tiene mi esposo.
Así estuve haciendo los panes por 6 meses hasta que pudimos adquirir un horno industrial, con otros equipos con el cual comenzamos a sacar una buena calidad de pan, que hasta ahora cada día está mejorando y nos estamos preparando futuramente para abrir una planta panificadora artesanal ancestral tecnificada sin perder la esencia milenaria del verdadero pan, nutritivo y delicioso.
Gracias a todos los que han creído en este maravilloso sueño y nos han dado su apoyo incondicional y todos asesores que hasta ahora nos siguen acompañados para pronto poder llevar este proyecto acabo. Y gracias todos ustedes por preferirnos y darnos tanto amor y gratitud al consumir nuestros panes.
Redes Sociales
WhatsApp
Instagram
Facebook